¿Qué es un aceite esencial?

Aceite esencial: origen

Bien obtenidos por destilación o por presión en frío, en el caso del pericarpio de los cítricos, los aceites esenciales son sustancias volátiles, aromáticas, de composición variada y compleja. Son liposolubles y solubles en alcohol (unos más que otros).

Desde el punto de vista práctico, debido a esa composición variable, son sustancias que pueden ser utilizadas en diferentes sectores: alimentario, cosmético, perfumería, farmacia, veterinaria, etc., ya que presentan múltiples propiedades y, por tanto, infinidad de aplicaciones.


Propiedades

También podríamos decir que, muy frecuentemente, suelen ser anti-infecciosos, regeneradores o bien ejercen efectos sobre el estado psico-emocional al inhalarlos, pero, para ser más exactos, debemos mirar cada uno y conocer sus propiedades específicas.

Añadiendo unas pocas gotas a nuestros preparados, aportamos aroma, fragancia o aumentamos su poder cosmético y terapéutico. En un difusor, permiten crear distintos ambientes: de relax, de optimismo, de purificación…

Es importante que los aceites esenciales que utilicemos sean 100% puros e íntegros, botánicamente definidos y, a ser posible, ecológicos. Nuestro proveedor debe garantizar que ha revisado la composición mediante control de calidad, para descartar moléculas sintéticas o contaminantes.

Esto se consigue mediante pruebas cromatográficas que descubren la composición y permiten rechazar aceites esenciales que no presenten una composición molecular naturalmente formada.


Usos

Es importante decidir qué uso le vamos a dar, ya que su calidad puede ser ecológica o natural, de uso industrial, cosmético o alimentario.

Pueden utilizarse solos o combinados; puros o diluidos en vehiculizantes o bases adecuadas, según la finalidad del preparado.

Por ejemplo, en alimentación o en cosmética natural suelen utilizarse como aromas naturales, además de aportar otras propiedades, según el aceite esencial. Suelen añadirse en las preparaciones, justo al final del proceso, en frío.

Debido a su carácter liposoluble, para incorporarlos al agua o preparaciones completamente acuosas, requerirán de la pre-mezcla con un solubilizante.


Precauciones

Su gran concentración requiere prudencia de uso. En general se utilizan en dosis pequeñas, por ejemplo, del 0,2 al 2%, pero es imprescindible conocer bien cada uno para determinar las limitaciones o las precauciones específicas de uso.

Mal utilizados pueden generar irritaciones de la piel y las mucosas, riesgo de intoxicación y reacciones de hipersensibilidad (la mayoría contiene alérgenos), por ello, es importante conocerlos bien y valorarlos de forma aislada.